El aumento de mamas con grasa propia tiene cada vez más adeptas entre nuestras pacientes debido a las ventajas que presenta esta técnica. Con esta técnica logramos resultados muy naturales y evitamos las posibles complicaciones de las prótesis mamarias. Además, el periodo de recuperación para iniciar la actividad laboral es mucho más corto. 

El lipofilling mamario (aumento de senos con grasa corporal propia) es el injerto de células grasas de otras zonas corporales en las mamas para aumentar su tamaño y mejorar su forma. También se conoce esta operación como lipotransferencia, trasplante de grasa o lipoestructura mamaria.

Consiste en obtener mediante una liposucción grasa de zonas donantes como abdomen, flancos o muslos, procesarla mediante diferentes técnicas e inyectarla en las mamas.

Beneficios del AUMENTO DE MAMA CON GRASA

La utilización de la grasa del propio paciente, como material de relleno para restaurar y dar volumen o remodelar, evita cualquier posible rechazo o incompatibilidad, al tratarse de un material autólogo.

El aumento de los senos con grasa propia, además de una mejora estética de la zona a tratar, también consigue una mejora estética del resto de la silueta, al haber sido realizada la extracción del exceso de grasa de otras partes del cuerpo.

Otra de las ventajas es que las cicatrices son reducidas y se intentan ocultar en sitios estratégicos.

Se suele usar este métódo cuando pretendemos volúmenes moderados, no grandes volúmenes, además de para simetrizar mamas de diferentes volúmenes. En algunos casos, cuando la paciente desea la retirada de implantes, se puede usar como alternativa la inyección de grasa para no perder excesivo volumen. Podemos combinar el aumento de mamas con implantes más la inyección de grasa, lo llamamos "aumento híbrido".

¿Cómo saber si eres candidato para esta cirugía?

Las zona donantes deben tener suficiente tejido adiposo. Hay que tener en cuenta que sólo un 30-40% de lo que se extrae tiene calidad suficiente para trasplantarse.

¿Cómo es el postoperatorio?

Tras la cirugía debemos mantener una prenda compresiva ( faja) en la zona donante para una mejor recuperación y el sujetador recomendado por su cirujano.

El resultado final tardará unos meses, cuando ceda la inflamación y se haya reabsorbido el porcentaje de grasa.

La reducción es de aproximadamente un 30-40% del volumen inicial.

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