La intervención de liposucción se realiza bajo anestesia local, epidural o general, según los casos, y consiste en la introducción en el tejido adiposo de una cánula o jeringuilla especial conectadas a una máquina de vacío que aspira la grasa de la zona tratada. Las incisiones son varias de 1 cm aproximadamente colocadas en sitios estratégicos.La cirugía dura entre una y tres horas, dependiendo de las zonas a tratar.
Tras la intervención dependiendo de las zonas tratadas usted podrá ir a su domicilio o permanecer en el hospital una noche para controlar sobre todo el dolor y el sangrado. Asimismo, para ayudar a la piel a adaptarse al nuevo contorno se aplica a la zona tratada una faja compresiva que habrá que llevar permanentemente durante dos o tres meses .
Hay que tener en cuenta que si la elasticidad de la piel está disminuida, después de realizar la liposucción pueden quedar irregularidades y zonas deprimidas que posteriormente se pueden corregir mediante intervenciones reducidas y selectivas o inyectando grasa para rellenarlas. La recuperación de una liposucción es gradual.
Los puntos se retiran a los siete o diez días, mientras la hinchazón y los hematomas que hayan surgido tras la operación desaparecerán gradualmente en los meses siguientes.
La liposucción es una técnica segura, aunque como toda intervención quirúrgica entraña riesgo de complicaciones, aún cuando el paciente cumpla los requisitos necesarios, el quirófano esté bien equipado y sea realizada por un cirujano plástico cualificado. Pueden surgir infecciones o sufrir una pérdida excesiva de líquidos. Pero también pueden aparecer problemas estéticos, como cicatrices queloides (hipertrofiada), piel ondulada o asimetrías.